Evaluación del desempeño, ¿qué beneficios aporta?

Desde hace unos años, existe una creciente inquietud acerca de cómo mejorar la productividad del negocio y el rendimiento de los empleados a partir de políticas de RRHH sistemáticas y periódicas.

Uno de estos procesos es la gestión y evaluación del desempeño, una actividad que, realizada con las herramientas adecuadas, permite obtener unos beneficios fundamentales hoy en día, como veremos a lo largo del presente documento.

La Evaluación del desempeño ha de presentarse como la colaboración necesaria que debe darse entre profesionales para determinar las capacidades, aptitudes, conocimientos y desempeño de cada empleado de la compañía, a fin de detectar las cuestiones a trabajar para desarrollar su talento y aumentar su potencial, incrementando así su productividad y compromiso con la organización.

Conocer las competencias de los empleados permite alinearlas con las necesidades reales de la compañía, pudiendo diseñar su formación, plan de carrera, movilidad, etc., de acuerdo a los objetivos estratégicos marcados por la dirección.

 

La evaluación, cuando es transparente, refuerza el compromiso y la implicación de los empleados, incrementando con ello su contribución a los objetivos y resultados globales de la compañía.

 

La evaluación mejora el sistema retributivo. Medir el rendimiento de los empleados y su aportación a la empresa, capacita para el establecimiento de planes de compensación acordes a cada contribución, evitando desajustes en la remuneración (fuente habitual de insatisfacción entre los profesionales).

Por último, la evaluación aporta un conocimiento necesario para reorientar y evolucionar el negocio. Dada la variabilidad del entorno, la evaluación proporciona una ventana a las nuevas necesidades que van surgiendo, permitiendo redefinir los objetivos y competencias clave de los empleados de manera ágil y flexible.

A partir de la evaluación, conseguiremos aflorar los conocimientos y competencias de los empleados y centrar la gestión del talento, obteniendo información importante de cara a la Formación, Planes de carrera, Compensación y Retribución… Los resultados de la evaluación facilitarán la toma de estas decisiones.

La evaluación periódica y continua terminará por ofrecer una evolución histórica del rendimiento de los empleados y, tras su análisis, la capacidad de determinar los resultados de las acciones de mejora implementadas (cursos, promociones, etc.) como resultado de las evaluaciones anteriores.

Con las herramientas de evaluación es posible gestionar estos procesos de forma integrada con el resto de áreas de RRHH, permitiendo rentabilizar y medir la ejecución de los planes establecidos. De este modo se obtiene un retorno de la inversión realizada, disponiendo de un flujo constante de información relevante. A partir de la mejora de la cualificación y de la productividad de los empleados se alcanza la mejora en la rentabilidad empresarial.